sábado, 21 de septiembre de 2013

el crucero de el destino



Hice mis maletas, cogí mis neceseres, estaba dispuesta de cambiar de aires, por fin iría de viaje a nueva york y seria en barco, llegue en coche bajando con mi elegante vestido color azul marino con mi pelo recogido, vivía sola desde hace tiempo, mis padres se divorciaron y yo a los dieciocho decidí vivir sola, estaba tan aburrida que decidí embarcarme a la aventura, mis padres son ricos y yo me hice abogada tras sacarme la carrera, claro que también tengo mitad de el patrimonio de mis padres por lo que también tengo dinero, compre el billete de barco para irme lejos y despejarme de todo.

Subí la pasarela acompañándome mi mayordomo particular, llevaba mi equipaje, subí a cubierta para respirar algo de aire mientras vi a muchas personas despedirse de sus seres queridos que quedaban allí abajo, viéndoles marchar sin poder evitarlo...
Un enorme transatlántico típico de película al parecer lo hicieron nuevo, quien me iba a decir a mi que lo estrenaría yo para ir a nueva york
ahora que lo pienso, no se asemeja esto a la pelicula tan famosa ¿titanic ? si puedo decir algo de esa pelicula es que me hizo llorar su final...pero no creo enamorarme aquí ya que el amor no esta echo para mi, pasé por el pasillo y me choque con algo, o mas bien...con alguien, un muchacho de pelo moreno de ojos claros me estaba mirando, pude notar que quede hipnotizada viendo sus ojos color azul del mar, algo asi como los mios pero los mios eran mas tirando a verde azulados y era castaña.

- ¿Estas bien? - Pude hallar a escuchar del joven que me miraba sorprendido

- Sí, estoy bien gracias... tengo que retirarme, adiós - pasé por su lado, en verdad quería preguntarle su nombre, su edad, si venia solo o acompañado...vale soy muy curiosa demasiado, aunque pensaba que era solo yo, pude notar una mano aprisionando mi brazo derecho, al girarme le mire a la cara era el joven.

- ¿Como te llamas ? - Preguntó de repente con curiosidad 

- Mi nombre es Elisabeth Foster - Contesté automáticamente sin vacilaciones - ¿Y tu nombre ? - También tenia curiosidad por saber

- Alfred lemoine - contestó con una sonrisa galante 

- Así que eres francés, hablas muy bien mi idioma ¿no? 

Empezamos los dos a caminar por el largo pasillo de aquel barco de ensueño en que había conocido a un príncipe bastante apuesto...
mas vale que despiertes de tu sueño Eli... este chico no estará libre para ti , Tras un largo rato hablando supe que vivió 13 años de su vida en Francia pero se mudo a mi ciudad y el resto de su vida lo vivió aquí, aprendió varios idiomas y ahora es políglota* , me dijo que vino solo a este viaje a nueva york por que buscaba emoción en su vida, ya que era un pianista reconocido y quería llegar allí para encontrarse a si mismo mientras intentaba componer piezas musicales. Era la primera vez que me sentía tan a gusto con una persona era como si lo conociera de toda la vida, llegamos a la sala de comedor donde allí todos los ricos, famosos, politicos, y capitanes del barco paraban a comer, alfred y yo decidimos comer juntos. 

Comimos y bebimos bastante tiempo hasta que se hizo tarde y alfred se propuso acompañarme aun cuando le dije que no hacia falta, entré a mi camarote seguida de alfred al cual invité para tomar la ultima copa.

Nos sentamos en el sofá que había en mi camarote, junto con un enorme vaso con hielo y wisky, le di un sorbo a mi copa mirándole.

- Alfred ¿como que no tienes pareja ? - Pregunté quizás muy pronto por que el soltó el vaso en la mesita tras beber un sorbo y me miro directo a los ojos 

- Digamos que no encontré a la mujer perfecta, o al menos hasta ahora ... - me contestó mirándome a los ojos, noté como mi corazón se aceleraba mi boca se secaba, mi respiración se entrecortaba a medida que vi como se acercaba a mi rostro, me quito el vaso de las manos para soltarlo en la mesa 

- Es-Espera... - intenté decir muy ruborizada alzándome de repente de pie a lo que el respondió de igual manera cogiéndome de los brazos acercándome a el para abrazarme.

- Elisabeth...hacia tiempo que no me sentía como ahora, tan a gusto con alguien...tan vivo. - Me susurró al oído, noté como mis sentidos se nublaban como mi corazón palpitaba como si quisiera salir de mi pecho, me separé levemente mirándole a los ojos y nos acercamos lentamente para fundirnos en un apasionado beso.

Un beso que poco a poco se convirtieron en caricias, y sin saber como pasé la noche entera con alfred, me sentí bien, muy viva... y era la primera vez que un hombre me hacia el amor de ese modo, con caricias llenas de amor y cariño, cariño que a veces algunos de mis ex novios que tenia de mi ciudad de londres donde yo actualmente vivía.

Amaneció y al abrir mis ojos pude ver el rostro de alfred, sus ojos mirándome directamente los míos y me ''saludo '' con un beso mañanero, me sonroje muchísimo y mas al notar como se había levantado... 

todos los hombres siempre despiertan con la bandera en alto, ante este pensamiento me reí sola y el me miró extrañado, salimos de la cama y desayunamos viendo el mar por la ventanilla de mi camarote, quien iba a pensar que en este barco encontraría a la persona de mi destino, la persona que ahora me ofrecía una fresa que yo rápidamente mordí sonriendo, feliz... sería la persona que el crucero del destino, unió a mi.


Moraleja de esta historia, Nunca busques algo pues el destino te lo tiene preparado y te lo hará llegar tarde o temprano.

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